En realidad llegué el viernes anterior. Se me adelantó la vuelta una semana. Es lo que tiene estar enferma, pero sobre todo hasta el nabo de un viaje. Me quedé sin ver Riga y Frankfurt.
En el autobús de vuelta al centro de Bruselas (para ir a la estación de tren) me hice "amiga" de tres señores de Madrid, bueno, dos señoras y un señor. Mayores ya, pero muy simpáticos. Estaban en Bruselas hasta hoy.
Luego, en el tren camino a Köln había una chica sentada a mi lado que luego se fue y llegó un señor y me dice "¿me puedes vigilar el ordenador mientras voy por comida?" y yo "sí, claro". Yo estaba escuchando música y leyendo y al rato decidí mirar para el aire, y el señor este tenía una mandarina y me dice "¿quieres?" y le dije que sí. Es que no me había dado tiempo a desayunar ese día, tampoco es que hubiese mucho... Y empezamos a hablar. Tendría unos 40 años, pero era muy majo. Me preguntó qué estudiaba y eso, y luego me preguntó si sé francés, y yo le dije que "sabía francés". Y cada vez que el tren (por los altavoces) decía algo en francés iba yo cual loro a repetirlo y se reía. Qué graciosa soy. Cuando por fin llegamos a Colonia me dijo adiós y esas cosas.
Busqué el siguiente tren para venir a Bochum, llegó, fui a montar y como siempre liándola. Había unos asientos de cuatro, y había un chico frente a mí, del lado del pasillo, y yo metí mi maleta y cabía, pero luego no tenía sitio yo para las piernas, y al final la puse en el pasillo. La gente me odiaba porque se tropezaba. Había miles de militares hermosos, y yo, obviamente, me enamoraba de todos. Luego el chico ese se bajó en sabe dios dónde, y se vino otro. Y la gente que entraba se iba tropezando, y yo me reía y a él le hacía gracia también, y luego no paraba de sonreírme, y yo entre lo contenta que estaba por volver, la música de parranda que tenía puesta y luego tener a este hombre tan guapo delante, pues me puse toda hiperactiva. Y luego cuando se bajó en Duisburg, bueno, antes de bajar, obviamente, me dijo algo, pero no lo entendí porque tenía la música puesta. Sí, me enamoré. Y no tengo ni Facebook ni hostias. Qué vida más triste. Entonces desde que llegué a Bochum no paro de decirle a estas de ir a Duisburg a dar un paseo. Jaja. De hecho, de tanto rallar, el domingo que íbamos a ir a Dortmund, Trisha sólo se fijó en el cartel del tren que decía Duisburg. Jajaja. Bueno, y estos que no paran de decirme que jamás lo encontraré. Y yo lo sé, pero quiero intentarlo. Sí, se me va...
En Londres también conocí a más alemanes, y me enamoré de uno de Hamburgo. Pero de este sí que tengo el MSN y así. Con este me comunico.
Mmmm... No sé. Del viaje decir que mi sitio favorito fue Viena. Qué ciudad, Dios mío. ¡Qué bonita!. Londres también me gustó (y te lo creas o no, NO LLOVIÓ), y Aarhus (Dinamarca) también es muy xeitoso.
Tengo que subir fotos al Facebook, pero necesito que Ro me las mande por correo en un CD, y yo le tengo que mandar las mías, luego tendré que subir las que tengo atrasadas desde Navidad y ale, ya subiré las del viaje.
¿Sábado a dónde? CRACOVIAAAAAAAAAAAA.
(No sé por qué pero el PC me va como el culo y no me deja subir algunas fotos, así que ya las pondré).
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