Bueno, te acuerdas que te había dicho que me dolía el pie, ¿no?, pues hoy a las 11 fui a la fisioterapeuta. Resulta que tenía dos esguinces en el pie. No un esguince, no, dos. Uno por conducir (por la postura del pie al estar en el acelerador/freno) y el otro no sé de qué es.
El camino desde allí hasta casa me llevó 3/4 de hora, cuando normalmente, caminando como una persona normal me lleva 10 mins. Pero claro, iba con muletas (porque no estoy dispuesta a joder más el pie), y paraba cada dos por tres porque me dolían o los brazos o las manos. Uff... muerte.
No creo que mañana, pasado, ni al otro pueda ir a casa de los niños a darles clase. Es que jamás llegaría. Luego llamo a los padres.
Bueno, en Mérida me quemé. Sí, porque tengo un retraso. Sabía que iba a estar aquello a temperatura infierno pero no sé por qué, no se me ocurrió llevar la crema protectora. Ahora ya da igual. Me echaré litros de crema hidratante y a ver.
Es una ciudad muuuuy bonita. Me ha encantao y la gente muy maja, menos la camarera de un bar que había frente al museo al que fuimos, al lado del teatro donde vimos la obra. Qué tía borde...
Y la obra estuvo muy guapa. Nosotras estábamos en asientos privilegiados. Casi olíamos a los actores.
Cuando se acabó estuvimos esperando por ellos y nos firmaron el director y 3 actores, una de ellos, Blanca Portillo.
Ahora voy a comer y luego a dormir, que en el bus ese fue imposible. Los asientos más rectos creo que no podían estar. Estilo los aviones de Ryanair.
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